miércoles, 13 de octubre de 2010

Sobre mi forma de dialogar en mi práctica docente (reflexiones introductorias)

Por mis contextos histórico-vivenciales, estoy en un proceso integral de transformación, que va desde un proceso educativo convencional de la segunda mitad del siglo XX (autoritaria, moderna, ilustrada, conductista, tecnológico-objetivista, etc.) al ejercicio innovador de la docencia universitaria, iniciando la segunda década del siglo XXI (Construccionista, dialógico, comunicacional, integrativo, competente, multicultural, tolerante, abierto a la diversidad, digitalizante, etc.)
Desde Freire (Pedagogía dialógica) hasta mi absorción del pensamiento filosófico de Enrique Dussel (Filosofía de la liberación, Cf. http://www.enriquedussel.org/), pasando por Habermás (Intereses epistemológicos y aación comunicativa), Foucault (Discurso contra el poder) , Gardner (Teoría de las Inteligencias Múltiples), Gary Small (Cerebro digital) y un poco de Coll y Monereo (Psicología de la educación virtual), mi vivencia docente "novosecular" la experimento como un trayecto formativo-profesional permanente hacia los nuevos horizontes de la educación...
¿Qué quiero decir con esto? Al día de hoy vivo mi experiencia docente como un proceso de transformación pedagógico-andragógica que va desde la educación que recibí (entre 1971 y 1991) hasta la facilitación de los procesos de enseñanza aprendizaje que estoy realizando a la fecha.
Este proceso puede pensarse tanto teórica como experiencialmente. Desde la teoría, pensar la realidad como una construcción social (Berger y Luckmann) , la persona como una serie de planos estructurales yuxtapuestos y contrapuestos (Lacan y Foucault) y la vida humana como un proceso permanente de liberación (Dussel), provocó una ruptura pedagógica en mi ser a comienzos de los años 90 del siglo pasado, que me llevó al borde de la decepción total de los procesos educativos formales, al menos en cuanto a la educación superior, y al desencanto desesperanzado de la educación básica.
Casi 20 años he necesitado para re-construirme pedagógico-andragógicamente. La útima década del siglo pasado y la primera del presente (entre 1992 y 2007, para ser más exacto), conforman para mi trayecto de vida, un tiempo (tres lustros más que dos décadas) de divorcio entre la teoría y la práctica educativas. Desde la teoría un largo y caótico proceso de revisión, re-revisión (y "re-re-revisión) que me lleva por un oceano de posibiidades filosóficas, epistemológicas, estéticas, metodológicas y demás... Y desde la práctica, un proceso de integración cada vez mayor al sistema educativo nacional, sobre todo desde 1998.
Fue necesaria una ruptura total con la educación básica pública (tras haber trabajado casi 21 años en educación secundaria) y un replanteamiento integral de mis horizontes de vida, para que este largo andar (teórico y práctico), adquiriera un nueva dirección en una práctica docente con pretensiones de innovación y, fundamentalmente, de congruencia...
Mi nombramiento como docente de pedagogía, psicología y metodología en la Universidad ICEL (Campus La Villa) en febrero de 2009, fue la gran oportunida para empezar a articular, estructurar e integrar una práctica docente que aglutinara armónicamente los "amorfos" resultados de ese largo trayecto del que hablé anteriormente... En este contexto, y tras dos cuatrimestres de labor docente en la UI), mi ingreso a la MID en el CESE se convierte en el marco curricular para fortalecer globalmente ese proceso de replanteamiento tanto de mi concepción de la práctica docente en general, como de mi "acción dialógica" en mi ámbito didáctico-andragógico...

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